Soy un cuidador de un paciente de hígado ¿Qué puedo esperar?

Los cuidadores juegan un papel importante y a menudo subestimado en el proceso de la enfermedad hepática. Ellos son los héroes anónimos. Muchas personas, incluso familiares, suelen desconocer la carga que asume un cuidador.

El cuidador desempeña muchas funciones, que pueden variar según la gravedad de la enfermedad hepática, entre ellas:

• Monitor de estilo de vida. Cualquier persona diagnosticada con la enfermedad del hígado graso DEBE cambiar su estilo de vida, incluida la dieta y el ejercicio. El paciente necesitará estímulo para adoptar y mantener cambios en el estilo de vida. Es probable que el cuidador reciba muchas críticas del paciente y no debe tomárselo como algo personal.
• Planificador de comidas y chef. Será cada vez más importante mantener una dieta saludable para el hígado. El cuidador y el paciente deben revisar la preparación de las comidas y buscar orientación sobre la dieta.
• Enlace médico. Siempre es una buena idea que el cuidador acompañe al paciente a las consultas médicas. A menudo hay demasiada información para que una sola persona la absorba. Es de gran ayuda el que dos personas asistan y comparen notas después. La organización y el seguimiento de las citas médicas podrían eventualmente recaer en el cuidador.
• Mayordomo. A medida que avanza la enfermedad, el cuidador necesitará cada vez más proteger al paciente de situaciones insalubres y exposición a gérmenes en eventos sociales y otras reuniones grandes. Esto se extiende más allá de evitar contacto con gérmenes, ya que el paciente a veces puede no estar en un estado de ánimo propicio para interactuar con los demás.
• Apoyo emocional. A medida que avanza la enfermedad, es probable que el paciente experimente muchos altibajos emocionales. Alguien debe proporcionar el apoyo para ayudar al paciente en esta montaña rusa. De llegar esto a convertirse en un problema importante, se debe buscar ayuda profesional. Pero cada día y cada hora, es el cuidador quien brinda el apoyo que tanto necesitan. Este puede ser el papel más difícil porque el cuidador a menudo pasa por los mismos altibajos. Se necesita de un equipo.
• Conductor. Podría llegar un punto, generalmente más adelante en la progresión de la enfermedad, en el que el paciente desarrolle un “cerebro confuso” y no pueda conducir. Usted será el chofer de la familia.
• Quien toma las decisiones. Un cerebro confuso también puede afectar la capacidad de toma de decisiones del paciente. El cuidador debe “intensificar” y realizar también estas tareas financieras, de salud y domésticas.

Existen riesgos en ser un cuidador. Probablemente el mayor es la amenaza a su propia salud. Se puede pasar tanto tiempo preocupándose por el paciente que las propias necesidades físicas y emocionales del cuidador a menudo quedan desatendidas. ¡No deje que esto le suceda a usted!

Atienda sus propias necesidades, incluidas las citas médicas, y reconozca que necesitará un descanso periódico. Encuentre a alguien, un familiar o un buen amigo, que le ayude a lograr un descanso de vez en cuando. Usted lo necesitará. No dude en desahogarse. Encuentre a alguien que simplemente le escuche. Además, olvídese de cumplir con el programa. Usted estará continuamente a merced de las necesidades emocionales y de salud del paciente, que a menudo cambian inesperadamente. Si ello le parece abrumador, la Alianza Nacional para Cuidadores (www.caregiving.org) podría serle útil.

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