LOS NIÑOS Y LA ENFERMEDAD DEL HÍGADO GRASO
Se estima que 6 millones de niños menores de 14 años padecen NAFLD

¿QUÉ ES LA NAFLD?
La NAFLD (Enfermedad del Hígado Graso No Alcohólico) es la principal causa de enfermedad hepática crónica en los niños y es una condición en la que existe un exceso de grasa en el hígado (más del 5% del peso del hígado). Ello puede dar lugar a formas más avanzadas llamadas NASH (esteatohepatitis no alcohólica) y cirrosis.

Diagnosticada por primera vez en 1983, la prevalencia se ha triplicado desde finales de la década de 1980. Se estima que el 10% de los niños tienen NAFLD y el 38% de los niños obesos. El 8% de los adolescentes delgados también tienen NAFLD, en gran parte debido al consumo excesivo de azúcar.

¿CÓMO SUCEDE ESTO?
Si bien existen razones genéticas y médicas para el desarrollo del NAFLD, generalmente se debe a varias razones de estilo de vida:
• Un mayor uso de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, el cual afecta al hígado de la misma manera que el alcohol
• Malos hábitos alimenticios en general, los cuales incluyen demasiado azúcar, demasiada comida rápida y demasiada comida procesada
• Solamente el 25% de los niños cumplen con la recomendación de consumo diario de frutas y verduras
• No hay suficiente ejercicio/demasiado tiempo frente a la pantalla

¿QUIÉN ESTÁ EN RIESGO?
Los niños con obesidad, prediabetes, diabetes, resistencia a la insulina, dislipidemia o las personas de origen hispano son los que corren mayor riesgo.

PARA EVITAR NAFLD
Los padres a menudo necesitan consejos sobre el estilo de vida para ayudar a sus hijos y a ellos mismos a evitar la NAFLD y sus posibles consecuencias. Estos son los mensajes que se pueden transmitir:

• El estilo de vida es un asunto familiar, no un asunto de niños.
• Consuma alimentos integrales, no alimentos procesados
• Lea las etiquetas de información nutricional para asegurarse de saber lo que está pasando en el cuerpo de su hijo. Puede haber sorpresas
• El consumo diario recomendado de azúcar es de 6 cucharaditas o 24 gramos. No es realista limitar el consumo diario a ese nivel, pero hacer de los alimentos azucarados una recompensa ocasional, no un alimento básico en la dieta.
• Beber agua, no bebidas energéticas, bebidas de frutas o gaseosas
• Comer más frutas y vegetales
• Minimizar la comida rápida
• Cerciorarse de ingerir suficiente fibra. La recomendación diaria es de 17-31 gramos dependiendo de la edad del niño
• Comer un desayuno saludable – – sin cereales azucarados
• Comer refrigerios saludables: frutas, verduras y nueces.
• La actividad física es importante: el objetivo debe ser 60 minutos por día.